Volver a

27 de Mayo
¡Hola, chicas! ¡Qué alegría volver a leernos! Ya pasó el verano, está empezando a estar un poquito más fresco y con este aire que trae la nostalgia del sol y los pies descalzos, viene este tiempo más introspectivo que nos enseña a bajar cambios, encontrarnos y renovarnos.
Y cuando Nosotras nos reencontramos en estas líneas, siempre tenemos ese toquecito que nos encanta y nos hace sentir especiales: charlas que se retoman, risas que vuelven y ganas de seguir compartiendo lo que nos pasa (sí, lo sexual, lo emocional, lo del día a día). Porque cuando lo ponemos en palabras, todo se vuelve más liviano… ¡Y mucho más divertido!
Ahora sí, Nosotras arrancamos otro año juntas, con nuevas preguntas, nuevos temas y, como siempre, mucha data que les suma y también sus comentarios que lo enriquecen todo.
¿Vamos? ¡Vamos! Porque cuando hablamos de volver, tengo que hablarles de un tema que nos acompaña una y otra vez: ¡la menstruación!
Porque somos cíclicas, al igual que las estaciones del año, y lo sabemos. Pero esta vez no te voy a hablar de cualquier cosa, sino de lo que nos pasa con el tema de la higiene menstrual.
Porque… a ver, pensemos, chicas, cuidarnos durante la menstruación no es solo un tema de salud –que está buenísimo– sino que, para mí, lo excede: también tiene que ver con el placer sexual.
Sí, ya sé lo que estás pensando, seguí leyendo y lo vas a entender: lo que elegís usar todos los días, pero sobre todo, en tus días, resuena en cómo te sentís, en cómo tenés relaciones, o no, y hasta en cómo te ves a vos misma en el reflejo del espejo.
Menstruar no debería implicar culpa, ni incomodidades. Me acuerdo de cuando iba a la secundaria y le pedía a mis amigas: "¿Tenés una toalla?", en voz baja, casi como si fuese un secreto. Como si le estuviese pidiendo algo prohibido.
O ir al baño de un boliche y con gestos pedirle a mis amigas que me pasen un tampón… sin poder decir: “Pasame un tampón”, en voz alta.
Si la menstruación queda en nuestro imaginario, en ese lugar de incomodidad, de secreto, de prohibición, es entendible que nos cueste mucho asociarla con el placer… o aún peor: con la higiene, el bienestar o la autoestima.
Hoy quiero que repienses no solo cómo gestionás tu menstruación, sino cómo te querés sentir con el método que elijas.
Hoy no sos la misma que eras a tus 15 años. Quizás el método que usás sigue siendo el mismo que elegiste en ese momento, porque te quedaba bien. Fue funcional en tu adolescencia, pero ya no lo es más. Y no porque esté bien o mal, sino porque quizás es momento de encontrar la manera de adaptarte a quien sos hoy.
No es lo mismo usar una toalla menstrual cuando vas al colegio y estás sentada toda la mañana, que ir a entrenar, volver a tu casa, preparar el almuerzo, salir a buscar a los chicos y quedarte trabajando hasta tarde.
Tu cuerpo cambia y tus necesidades de higiene menstrual también. No podemos seguir pensando en la menstruación como un tema que se esquiva o se resuelve rápido con una toalla en el bolso. No, chicas, merecemos más que eso.
Hablemos de lo que realmente significa habitar un cuerpo cíclico, que cambia, que sangra, que a veces se hincha, que tiene ganas de hacer mil cosas y que otras veces necesita descansar y reponerse.
Si necesitamos cosas distintas en cada etapa del ciclo… ¿Por qué seguir apegada a lo que te dijeron que tenías que usar en tu adolescencia cuando tu cuerpo y tu vida cambiaron 100 %? Este tema da para pensarlo, por eso insisto, porque lo que usás influye directo en tu autoestima y tu deseo.
¿Te cuesta frenar en tu día para cambiarte la toalla y te sentís húmeda y sin tiempo de refrescar la Zona V? ¿Estás todo el día en la oficina con un tampón y sentís sequedad vaginal?
Tenés que estar cómoda y esa es la prioridad. Porque cuando estás incómoda, se nota. Y si se nota es porque no la estás pasando bien, no hay erotismo posible cuando tu mente está en un mood de: “Necesito cambiarme esto ya”.
Para pensarlo, te dejo un ejemplo para adaptarlo a lo que mejor te resulte:
Como pueden ser los días de mayor incomodidad, si vas a estar fuera de casa, anticipate y llevá en tu bolso: toallas nocturnas extra largas, toallitas húmedas para higienizarte (tipo las de bebé), tampones super o regular y un desodorante íntimo que sea amable con tu pH y controle la humedad, para sentirte fresca y segura.
Al volver, date una ducha tranquila y calentita, usando un jabón líquido específico que no altere el pH de la Zona V (y si tiene ácido hialurónico, mejor, para generar más confort).
Durante esos días probablemente estés más cansada, así que podés hacerte infusión de salvia e ir un ratito a la cama con una bolsita de agua caliente en la pelvis y ponerte la música que más te guste, eso va a ayudar a que te relajes. Y si con todo eso, seguís sintiendo un dolor intenso que no cede con analgésicos, siempre consultá con tu gineco.
Usá tampones mini o regular o toallas menstruales ultrafinas. ¡Lo importante es que sientas que no llevás un pañal puesto! Podés sumar comodidad usando un deo íntimo que no altere tu microbiota. Para higienizarte, hacelo simplemente con agua. Y si querés sumar un producto, que sea jabón o espuma de higiene íntima hipoalergénica y que no altere tu pH.
Podés usar protectores diarios, para más comodidad. Aprovechá a rehidratar tu Zona V con geles hidratantes y lubricantes que tengan ácido hialurónico, niacinamida y vitamina E. Después de tantos días intensos, es importante volver a sentir la mucosa de la vulva y la vagina mucho más calma y sin irritaciones.
Durante todo tu período podés usar una bata que te guste, un camisón de seda; aprovechá a full, sobre todo los primeros días, para enfocarte en el autocuidado: un baño de crema, hacerte las manos o cuidar tu piel.
Algunas chicas tienen mucho más deseo sexual durante su período porque hay mayor irrigación de sangre en la zona, como ya te conté otras veces. ¡No subestimes todo lo que nuestro cuerpo puede hacer por Nosotras en los días de menstruación!
Probá leer un relato de literatura erótica mientras tomás una taza de té en la cama. Si estás en pareja pedile que te haga masajes, pueden usar ese tiempo para besarse mucho y aumentar la tensión sexual… Y (spoiler alert): ¡los orgasmos ayudan a disminuir el dolor menstrual!
Las suaves contracciones que se generan en el útero durante y después del orgasmo actúan como un masaje natural en la zona, además de liberar endorfinas, dopamina y serotonina… todas hormonas asociadas al placer, el bienestar y la “anestesia” al dolor. ¡Probalo y después me contás!
Respecto a los productos que uses, no es por exagerar, por el contrario: es importante saber qué se adapta mejor a tu cuerpo en cada momento del mes. Al ser cíclicas, hay cosas que funcionan super bien al inicio del ciclo, pero no van durante la menstruación, y viceversa.
Desde ya que olvidate (y tirá) todo lo que te genere resequedad, irritación o te desconecte de tu propio cuerpo: escuchate más, es importante. Porque si te sentís cómoda, fresca, y conectada con tu vulva, eso te hace sentir más viva.
Y, ¡hola! Donde hay vida, hay líbido, hay placer. Por eso, mi recomendación es que te armes kits para diferentes momentos del ciclo, combinando métodos y hasta juguetes, por ejemplo: toallas, tampón, bolsa de agua caliente, gel con ácido hialurónico y una balita vibradora. Y tenelo a mano para estar relajada con tu autocuidado en esos días.
Y, aunque parezca una obviedad, te recomiendo agendar tus fechas, para estar al tanto de cuándo vas a menstruar; anticiparte, va a hacer que vivas la llegada de la menstruación con menos ansiedad y más tiempo a planificar.
Hoy hay un montón de opciones, que hasta hace algunos años ni existían. Probá para saber con qué estás cómoda, combiná lo que te sume, descartá lo que te reste.
Tu método de higiene menstrual tiene que resolver, no limitarte. Y, ¡ojo!, siempre hacete estas preguntas: Esto que estoy eligiendo, ¿me cuida o me incomoda? ¿Lo uso porque está de moda o realmente me es funcional? ¿Esto va con la persona que soy hoy, o necesito un upgrade?
Conectá con la mujer que sos hoy desde el deseo, la comodidad y la magia de sentirte vos misma; si vos sos vos, te vas a sentir más segura y más libre. Y eso, ya sabemos cómo aumenta nuestro deseo y ayuda a poner la mente en modo erótico, ¡siempre!
Ahora, ¡contame vos!
¿Cómo te sentís con tus productos de higiene menstrual? ¿Estás cómoda con lo que elegís mes a mes? O, ahora que leíste esta nota, te pusiste a pensar si realmente estás eligiendo o es un hábito que nunca te cuestionaste.
Chicas, muy pronto nos volvemos a encontrar para seguir hablando de menstruación y deseo. Para seguir hablando de lo que nos pasa, lo que nos atraviesa, lo que nos interpela. Como siempre, para seguir hablando de Nosotras.
¡Te leo!
Maru.-
Lic. Mariana Kersz
Psicóloga y sexóloga
IG @lic.marianakersz
Dejanos tus comentarios