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5 de Septiembre
¡Hola chicas! Qué emoción tenerlas de nuevo en este espacio. Muchas de Nosotras en algún momento de nuestra vida hemos vivido la infidelidad o hemos escuchado de esta situación en nuestras amigas o algún miembro de nuestra familia. ¿Doloroso, difícil, imposible de superar? Para cada uno es un suceso diferente.
Por eso hoy les traemos este tema que a muchas nos causa interés, intriga o ganas de conocer todo aquello que implica y va más allá de una infidelidad o la razón por la cual se llega a este punto en una relación. Una reflexión de la infidelidad que te invitamos a leer con todo tu corazón y toda tu mente. ¡Recuerda! Cada infidelidad sucede, se vive, se enfrenta y se supera de una manera diferente. No existe un tip milagroso paradesaparecer los síntomas o evitar que esto suceda. Anímate a seguir leyendo. ¡Comencemos!
Para el área de la psicología, la infidelidad es un tema que depende de la persona que decide cometer el acto infiel. Es decir, es el otro quien dentro de sus facultades, principios y consciencia toma la decisión de romper un pacto que se tiene en toda relación.
De este tema se ha hablado tanto, que varios autores han dado su opinión al respecto. Por ejemplo, para Walter Riso, psicólogo clínico, “La infidelidad no solo es engañar o quebrantar un código moral, es lastimar, herir y destruir al semejante”.
Por este proceso es que muchas veces hemos afirmado que el corazón sí duele, pero lo cierto es que la vida no es un proceso perfecto y de los momentos difíciles en el amor, aprendemos el doble.
En psicología son muchas las consultas por este tema. Por el sufrimiento, la baja autoestima, el desconsuelo, el dolor, la tristeza y mil emociones y sentimientos más que produce esto en nuestra vida y en todas las áreas que la acompañan: académico, laboral, social, familiar, personal, etc. La infidelidad muchas veces va más allá de las escenas de amor que vemos en las películas y que al final terminan como en los cuentos de hadas.
Lo cierto es que las relaciones no tienen nada de hadas, princesas encantadas o príncipes azules.. ¡No! Y mucho menos cuando hay engaños y deslealtad. En ocasiones ese príncipe azul termina no siendo tan azul y es más parecido a un ogro, y no precisamente al de Shrek.
Muchas veces cuando descubrimos que nuestra pareja nos es infiel caemos en un error muy grande. El famoso y llamado “Stalker” corremos a averiguar quién es, cuántos años tiene, dónde vive, el largo del cabello, el color de los ojos, si es bajita o alta, si es más linda que yo, si es delgada o no. ¿ Te ha pasado? Muchas de Nosotras hemos caído en esta trampa. Pero tranqui, todo esto hace parte de un juego sucio del ego, quien nos hace creer que la infidelidad depende de nosotras y, ¡peor aún! que “buscamos” que nos sean infieles.
La autoestima no depende de cómo me mire el otro y qué tal soy para otros ojos. La autoestima está en mí, en mi ser, en cómo me hablo y me trato. Es tener la certeza que somos únicas e irrepetibles. Que somos hermosas y auténticas con cualidades y habilidades, que independiente de los errores que cometamos seguimos siendo un ser de luz, oscuridad, alegrías, aciertos y desaciertos.
Es mirarnos al espejo y reconocernos.. Cuando enfrentamos en cuerpo, alma, mente y corazón una infidelidad sentimos que el mundo se nos viene encima, que no somos o valemos nada. Empezamos a cuestionarnos, olvidándonos de quiénes somos. ¡Recuerda! Que nos sean infiel es más un tema del otro que decidió irrespetar y faltar a la palabra, que de ti como mujer y pareja. ¿O si no lo crees entonces qué le dirías a Shakira si fueras su amiga? ¿Que la engañaron por culpa suya? ¿Que las caderas no mienten, pero ella sí? ¡Definitivamente no! Ni Shakira, ni Nosotras controlamos los actos de nuestra pareja.
Es normal que nuestra autoestima muchas veces se sienta lastimada y agrietada, pero es ahí donde debemos levantarnos con más fuerzas y elegirnos como prioridad. Es el otro quien perdió. Tú ganaste y te ahorraste tiempo al estar con una persona que no supo darte tu lugar, valorarte, serte leal y cuidar tu corazón. El amor propio toma fuerza y descubres que si estás bien contigo misma, todo lo demás se puede llevar de manera sana y consciente..
Donde no te amen huye, corre. Hay alguien al otro lado de la puerta esperando para disfrutar y atesorar una gran mujer como tú. Nunca te sientas menos porque tu pareja te falló, eso habla más de sus carencias y sus principios, que de ti. Sé leal a tu amor propio y ámate tanto que sepas dónde no volver. Esta reflexión de la infidelidad puede hacerte ver las cosas desde otra perspectiva más esperanzadora.
En la vida, mientras atravesamos diferentes obstáculos o circunstancias siempre nos vamos a cuestionar. El cuestionarnos y hacernos preguntas hace parte de nuestro día a día y en temas del amor sí que se nos pasa por la cabeza mil y un preguntas de todo tipo.
Es inevitable no llenar nuestra cabeza de interrogantes cuando la otra persona nos falla y lastima, pues esto hace parte del proceso de duelo. No hay una fórmula o regla fundamental, precisa y exacta que diga que no debes o puedes cuestionarte, es un acto natural y normal, en donde por mucho que nuestras amigas nos aconsejen, el síndrome del impostor va estar jugando con nuestra mente.
Muchas veces, aunque nos cuestionemos no vamos a encontrar la respuesta exacta o la que queremos escuchar. De nada sirven las preguntas porque, primero, te vas a atormentar más y perderás tu paz y tranquilidad y segundo, no va a cambiar en nada los hechos ocurridos.
¿Por qué a mí?, ¿por qué lo hizo? ¿ en qué fallé? ¿ por qué con ella? ¿qué tiene ella que no tenga yo?. Y muchas más preguntas llegarán a tu mente y rondarán por horas y días solo si tú lo permites. Solo la otra persona sabe el por qué lo hizo y por más que nos duela y no entendamos, muchas veces se trata de aceptar, asimilar y soltar; solo y nada más por ti, por tu bienestar. Todo pasa, todo.
Quizás por más que nos amemos y vibremos en sintonía con nuestro amor propio, siempre nos dolerá una traición, y más si viene de una persona a la cual amamos y depositamos nuestra confianza, lealtad y parte de nuestra vida y sueños.
Amarnos tanto para aprender a amar de manera consciente e inteligente. Eligiéndote como prioridad. Una ruptura amorosa es dolorosa. Sentimos que nos vamos a morir, que no seremos capaces de superarlo, nos sentimos defraudadas y con un dolor profundo que creemos que no podremos sanar y liberar. Llora, grita, patalea, escribe, canta, permítete sentir triste y desanimada, pero no te quedes ahí. Vuelve a brillar y a cantar que siempre llegan cosas mejores. Empezar pasando la tusa con Shakira de fondo mientras gestionas tus emociones puede ser un excelente paso en el camino de sanar tu corazón.
Llora hasta que deje de doler. En caso de ser necesario busca ayuda profesional con un psicólogo, de esta manera la carga emocional será más liviana y te brindará herramientas para saber llevar este proceso de ruptura. Sal con tus amigos, aprecia y valora tus silencios y los espacios en soledad. Canaliza las emociones, escribiendo, pintando, escuchando música, haciendo deporte, practicando algún hobbie o compartiendo con tus amigas. Permítete sentir y liberar para que puedas soltar.
Reflexión de la infidelidad: Siempre, siempre, siempre el amor llega para enseñarnos y transformarnos. Nadie merece ser traicionado, pero no somos dueñas de la vida y decisiones de los demás. Cada experiencia te forja y te hace más fuerte. Seguramente después de una infidelidad no sigues siendo la misma persona, de una u otra manera adquiriste conocimientos, madurez y mucho más amor propio.
Cada una vive una traición de manera diferente. Por ello, hablar de nuestras emociones con un profesional o con esas amigas que nos salvan la vida es un punto muy poderoso, pues todas tendrán visiones diferentes que enriquecerán nuestro corazón. Cada mente es un universo infinito y cada emoción es un tesoro que nos enseña.
Por último, pero no menos importante, tú eliges qué aprender y cómo aplicarlo en tu vida. Expande tu mente acerca del amor propio, el compromiso en pareja, la lealtad, la confianza, el respeto, una relación sana, los límites, y un sin fin de términos más que llegan para enseñarte y hacer de ti una mejor persona y mucho más fuerte.
Volverás a brillar y sonreír sin dolor. Más sana, más liberada, más tú. Y como dijo Rebelde, “todo en la vida es a perder o ganar”, pero siempre aprender.
Conoce más en este artículo llamado: ¿Qué sentimos cuando nos traicionan?
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