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"Poner límites" son dos palabras que unidas se vuelven poderosas cuando se basan en amor propio, ese que vas construyendo, moldeando y haciendo más fuerte con cada experiencia que tenés con tu entorno y que, con su magia, te permite ver, sentir y pensar todo con más claridad, para que des lugar a lo que merecés y tomes decisiones en pro de tu bienestar. Por eso, si una relación (sea un vínculo romántico, familiar o personal) no es sana para vos, escuchate, ponete como prioridad, poné límites y cortala de manera sana.

¿Por qué terminar una relación?

Quizás te hayas preguntado alguna vez cómo terminar una relación de manera sana, una relación en la que ya no encajás y más aún, sin que sea de una forma dolorosa. Pero ¿te preguntaste primero por qué deseás terminarla? Nadie más que vos conocé la respuesta, nadie más que vos conocé los anhelos de tu corazón, nadie más que vos sabe qué te apaga y qué te hace brillar, nadie más que vos desea descubrir tus tesoros guardados para compartirlos con quien deseás. Es ahí, en ese autoconocimiento, donde llegás a reconocer el por qué debes alejarte sanamente de alguien.

Es importante que identifiques esto: hay personas que son tóxicas con intención; por ejemplo, las que te impiden tener más amigos, salir a compartir en otros espacios o te hieren verbalmente (ni hablar físicamente). Hay personas que son tóxicas con vos sin intención, por ejemplo, las que creen qué es lo mejor para vos o reniegan y te pintan paisajes desoladores. Hay cosas que no son ni malas ni buenas, pero en relación con vos no son positivas, por ejemplo, un proyecto que roba toda tu energía, un libro que no te gusta (así es, hasta suspender un libro porque no te llamó la atención, es terminar una relación con algo que va en contravía de tus gustos).

Al margen de esto también es válido que estés en una relación sana pero sientas que ya no va más, esto también pasa. A veces el amor solo no alcanza o no resultó como esperabas o sentís que ya aprendiste lo que debías ahí y a otra cosa.

Esta es una base general para mostrarte que este tipo de personas, cosas o situaciones no son saludables para ninguna relación. Vos conocés el entorno en el que te movés y qué clase de relaciones has construido, ¿sentís que aportan o restan valor a tu vida?  Preguntate y decidí lo mejor para vos.

Sin embargo, también es fundamental reconocer el tipo de apego que has creado en tus relaciones para revisar qué tan buenas han sido para tu vida, y así identificar algún patrón de comportamiento que quieras cortar de raíz para comenzar a crear relaciones más armoniosas.

Tipos de apego

El apego es una relación emocional que todos los seres humanos experimentan en la infancia y en la adultez. En sí, esos vínculos que se van creando con los papás, los hermanos, los amigos, la pareja son una conexión especial desde que sea sana.

De acuerdo con el psicólogo John Bowlby, existen 4 tipos de apego:

  1. El apego seguro: en él basás tu relación en la confianza, por lo cual te sentís plenamente segura con la independencia del otro y te sentís tranquila para compartir tus sentimientos. Además, disfrutás tu independencia y tendés a tener claro lo que valés.

  2. El apego ambivalente: en él desconfías constantemente de lo que siente el otro por vos, entonces pueden ocurrir rupturas frecuentes. Por otro lado, evitás acercarte a las personas para evitar rechazos.

  3. El apego evitativo: acá no ponés casi emoción en las relaciones y solés guardar tus pensamientos porque te cuesta tener esa íntima conexión.

  4. El apego desorganizado: es una mezcla de confianza y desconfianza, de querer estar sola, pero al tiempo tener a alguien al lado.

¿Cómo terminar cualquier relación y no sentir culpa por ello?

Cuando sos fiel a vos y tenés muy claro lo que deseás, la culpa pasa a un segundo plano. Y es natural que este sentimiento nazca durante el proceso, porque los seres humanos no solo tienden a pensar en el qué dirán, sino también a ser empáticos; entonces llega ese momento de decisión y comienzan a surgir un sin número de preguntas que no son sobre vos, sino sobre el otro y cómo lo va a tomar.

Consejos para cortar una relación

Silenciá el mundo

Aplicá el ejercicio de taparte los oídos y concentrarte en tu interior. Vas a notar que nada importa más que lo que escuchás en vos y tu alrededor desaparece, y en ese “silencio” solo vos serás el punto de foco. Clave para la vida, desvanecer las opiniones llenas de prejuicios y hacer lo que crees que te liberará.

Si se trata de terminar una relación con otro ser humano, está bien que consideres su posición. Es probable que no sea fácil y, por tanto, sientas dolor; sin embargo, tus razones tienen más peso. A la larga, te vas a dar cuenta de que esa decisión fue la más sana para ambos. ¿Porqué alargar algo que ya ves no está funcionando como antes? Esto no evita el dolor sino que lo agrava a ambas partes.

Sé completamente honesta

Hablá con seguridad y total honestidad. Cuando tus palabras fluyen con transparencia te sentís liviana y abrís las puertas a un nuevo comienzo llamado ‘Tu Verdad’.

Hacelo en persona

Ni la tecnología ni un papel y lápiz son las mejores opciones para compartir tu decisión. Es perfecto cuando escribís lo que sentís como una forma de catarsis, pero para terminar cualquier tipo de relación, lo más saludable que podés hacer es hablarlo de frente. No es sencillo, pero a medida que expreses tus sentimientos, vas a sentir cómo regresa el aire.

No prometas

No dar falsas esperanzas está relacionado con el compromiso hacia vos y vivir el presente. Aunque el momento sea difícil para ambas partes, no te desligues de tus intenciones y, sin ánimos de ser egoísta, pensá primero en vos.

Ponerte como prioridad cuando tu energía se está agotando y tu felicidad, difuminando, no es sinónimo de egoísmo, es sinónimo de amor propio. Seguí tu instinto y construí un nuevo comienzo las veces que sea necesario, ¡Que nadie ni nada te limite!

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