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1 de Abril
Cuando me vi la película “como si tuviera 30” estaba más cerquita de la Jenna del armario, que de la que se despierta con el trabajo de sus sueños.
Hoy, que estoy más cerquita de los 30 que de los 13, hay varias cosas que he podido confirmar.
Después de los 20, la vida se pasa volando.
Eso de despertarse en un apartamento en la 5ta avenida en Nueva York, con un novio famoso y un trabajo “exitoso” parece lejano (si no es que ya te lo has replanteado).
La edad se convierte solo en un número.
Pierdes la noción del tiempo, pero ya cumpliste más de 10 años de graduada del colegio –y eso que todavía lo recuerdas “como si hubiera sido ayer”-.
Se supone que ya te conoces mejor, pero llevas poco tiempo en ese proceso. Que por cierto, no termina nunca.
Aceptas que quizás no vayas a ser el titular de una noticia sobre “joven que se hace rico a los 30”. Pero ya te diste cuenta de que hay cosas que valen más que el dinero.
Te identificas con los memes de “un día eres joven y al otro…”.
Te sorprenden las nuevas generaciones (y en el fondo has dicho alguna vez “estos niños de hoy en día…”).
Te ves cara de niña en las fotos de la universidad.
Increíblemente, le has dado la razón a tu mamá en muchas cosas.
Confirmas que los amigos se cuentan con los dedos de la mano.
Tienes una relación complicada con la estabilidad. Bien sea porque no la tienes, o porque la tienes y a veces te parece aburrida.
Descubres que no hay una sola mejor amiga, ni un solo amor de la vida.
No puedes creer que los que nacieron en el 2000 ya sean mayores de edad en cualquier lugar del mundo.
Tus “It Girl” de la adolescencia ya tienen más de 50 (y se ven regias).
Estás muy lejos de sentirte un adulto responsable.
A duras penas, puedes responder por una planta.
¿Casa propia? Jajajajaja
Te da guayabo de trasnocho.
Seguro ya tienes un amigo que se está quedando calvo.
Ya no te aguantas los tacones.
Si ya eres mamá, te consideras una mamá muuuuy joven. Y si no lo eres, te sientes identificada con alguna de las 3 opciones siguientes: A. Estás muy joven y todavía tienes “la esperanza”. B. en el fondo has pensado alguna vez en una fecundación invitro –aunque te sientas loca por pensarlo y esperas que no sea tu caso-. Y C. puede que te cuestionas si en realidad quieres serlo.
Te da pesar de que tu abuela, ya hubiera tenía dos hijos o más a tu edad.
Si estás soltera… a veces sientes que te está dejando el tren. Después recuerdas que trenes pasan todos los días, y se te pasa. Después vuelves a recordar que pensabas que a los 30 ya estarías casada, y así te la pasas.
Entiendes por qué Shakira en Pies Descalzos se quejaba de que la sociedad nos impusiera que ´las mujeres se casan siempre antes de 30, sino vestirán santos aunque así no lo quieran´.
Te sigues sintiendo como de 20, pero con más errores (experiencias) encima –y sigues cantando la canción del punto anterior a grito herido-.
Ya haces vueltas de adulto, pero no cabes en esa definición.
Sientes que tus papás dejaron de crecer y los sigues viendo “super jóvenes”.
Comprendes la frase “eres joven solo una vez, pero inmaduro para siempre”.
Prefieres la tranquilidad por encima de todas las cosas. Ese, es el mejor síntoma de la edad.
PD: Por si no lo sabías, Anna Wintour se convirtió en directora de Vogue a los 39 años y Vera Wang decidió convertirse en diseñadora de vestidos de novia a los 40. Así que tranquila, no compares tus tiempos que así como las ciudades corresponden a diferentes zonas horarias, los seres humanos también.
A los 30 no tienes que estar casada, ni en una relación estable. No tienes que tener hijos, el trabajo perfecto, ni mucho menos la vida resuelta. Esas son cosas del siglo pasado porque afortunadamente en esta época lo único que TIENES que hacer a los 30, a los 40, a los 50 es vivir… porque ese es el verbo más importante de tu vida.
Atentamente,
Ana Listas.
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