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2 de Enero
Cada Diciembre nos confronta con replanteos, balances y necesidades de cambio. También nos invita a parar y descansar. Son dos fuerzas aparentemente opuestas entre sí: la necesidad de cambio y la necesidad de descanso, pero quizás sean más compatibles de lo que creemos.
Estos últimos años han sido particulares y quedarán grabados como una experiencia única en nuestra memoria. Una pandemia mundial no es un evento frecuente en la vida de una persona. Cada una de nosotras la ha atravesado como pudo, con sus vaivenes, altos y bajos y es algo que te invito a valorar y agradecer: el esfuerzo que has hecho de manera individual y colectiva para afrontar esta situación tan inusual.
Hay un texto que menciona que cada año supone un nuevo pacto. Un pacto con nosotras mismas, una apuesta a lo que deseamos, a lo que vendrá, a estar presentes, a focalizarnos en los valores de quienes realmente queremos ser. Es el pacto de la vida.
Este fin de año probablemente traerá más cansancio que otros, más desgaste anímico, más emociones encontradas. También muchos vínculos se han replanteado, reformulado y fortalecido a lo largo de la Pandemia.
Si bien los finales implican duelos, cierres, también implican una vuelta a comenzar y este 2022 traerá muchas cosas nuevas , desafíos y oportunidades por descubrir.
Darle lugar a ese dolor del cierre es correcto. Darnos lugar para despedir, para decir adiós. Hacerle lugar a lo que pudimos y a lo que no. Siempre la aceptación es un buen camino, porque no se trata de negar sino de aceptar y transformar para poder seguir adelante. Aprovechemos el cambio como esencia de la transformación que está dentro de cada una de nosotras de manera innata.
Soy fanática de los rituales. Son prácticas que en general vienen desde hace muchísimos años a través de las generaciones y se repiten en varios países. Son hechos culturales que nos unen como civilización. Le dan un marco simbólico a las situaciones que transitamos agregando mitos, historias, fantasías y creencias. Para mi renuevan la magia y son ceremonias íntimas.
Más allá de los conocidos: regalos para Navidad, las uvas del 31,la ropa interior rosa, el vestido blanco…hay otros que podemos implementar y dar un marco amoroso al fin y comienzo. porque después de todo,un punto puede ser un punto suspensivo…
A continuación te propongo un ritual para comenzar tu año bien arriba!
Para empezar buscá un lindo cuadernito o agenda que me motive con colores vibrantes.
Escribir mis propósitos, deseos, anhelos, metas para el 2022. (Descansar más, comenzar baile, gimnasia, salir con un grupo nuevo, bajarme app de citas, llamar a esa amiga que no veo pero siempre está, hacer ese mini viaje, ese curso de manejo, ponerme los brackets, hacer yoga, ser más paciente y reflexiva, todo lo que necesites y te dé calma y felicidad va acá!)
Anotar un libro que terminaré de leer durante el 2022.
Buscar un hobbie, deportivo o artístico.
Aprender a decir lo que quiero y lo que NO.
Valorarme TAL CUAL SOY.
Animarme a ese traje de baño como sea.
Animarme a ese corte de pelo que siempre quise.
Prender una vela y quemar allí todo lo que quiero “dejar ir” del 2021.
Agradecer a mi cuerpo que me acompañó durante la pandemia, tratarlo bien,valorarlo.
Saber que soy dinámica, hoy deseo esto y quizás mañana otra cosa, me permito cambiar.
Dejar de buscar por qué. A veces, simplemente no hay por qué. Y eso está muy bien también.
Plantar una florcita, suculenta, semillita en una macetita pequeña y cuidarla con todo mi amor durante cada día del año.
La idea es que te destines ese tiempo para vos y revisar tu año, tus metas, tus cambios y poder registrarlos, registrar lo que querés.
Muchas me han dicho que se sienten más cansadas que de costumbre: que el cansancio, ese burn out, sea el fuego que quema a nuestro favor, quemando lo que ya no deseamos en nuestro presente e intencionando lo que sí deseamos para el futuro. Quizás sea un buen momento para preguntarte si querés tu vida de antes, quizás no. Quizás desees nuevos vínculos, nuevos proyectos, nuevos sueños. Quizás desees dejar de correr de un lado al otro, no tener tiempo para vos, para pensar, para conectarte con quien realmente sos hoy y como deseas vivir los años que tenés por delante sabiendo que nada está garantizado, es una apuesta ,un “lanzar los dados”.
Nos dimos cuenta que juntos somos muy fuertes y capaces de resolver toda tragedia, que es con el otro, nunca solos. Ese es un gran aprendizaje de este “Fin de dos años” para mi.
Y para vos, ¿cuál fue el aprendizaje?
Lic. Lorena Laserre
Psicóloga - M.N 30.583
@somosgruposdemujeresmas
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