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Cambiar. Sí, es justo lo que todas necesitamos cuando ya no queremos vernos más así y no reconocemos a la chica que vemos en el espejo. Cambiar. Sí. Para volver a empezar, porque se vale hacer borrón y cuenta nueva, y sabemos que esta sensación nos la puede dar hasta un cambio en el pelo. Un nuevo color, un corte distinto, un look que nos diga esta SÍ sos vos; un look que nos guiña el ojo para decirnos: ¡Bye bye al pasado, mirá hacia adelante! Y qué bien se siente.

¿Por qué cambiar tu look de pelo como terapia?

Existen diferentes motivos por los cuales deseamos un nuevo look:

¡Deseamos vernos diferentes!

Es normal llegar a un punto de nuestras vidas en el que simplemente estamos cansadas de vernos siempre iguales y hacemos a un lado el miedo de que el cambio no nos quede bien, porque en caso tal de no gustarnos, es tan fácil como cambiar nuevamente. Chicas, el pelo vuelve a crecer y se puede volver a teñir, es algo que tiene solución y no nos vamos a arrepentir de habernos animado.

Estamos cerrando ciclos:

También es parte de la vida pasar por momentos difíciles que queremos dejar atrás y cambiar el look es una forma de materializar ese sentimiento. Es la manera como reflejamos una decisión, es la palabra que nunca expresamos hecha color chocolate o balayage rubio; es un grito transformado en estilo que nos hace volver a respirar en paz e irradiar un nuevo brillo, que nos da esa confianza que necesitábamos para reforzar nuestras elecciones.

Para iniciar nuevas experiencias:

Por otro lado, buscamos un cambio para enfrentar nuevos retos como trabajos, viajes o proyectos y deseamos que ese corte nos regale más autoconfianza.

Por eso, a un cambio de look en nuestro pelo también lo podemos llamar terapia. Como afirma la revista de moda y belleza, Vogue, puede ser un catalizador de sentimientos positivos; mejora el estado de ánimo cualquiera sea la razón del por qué se hizo.

Es importante observar al cuerpo que habitamos, saber qué queremos para él y hacer de él el reflejo de nuestra personalidad, de lo que realmente somos, y qué mejor que empezar por nuestro pelo. Nos sentiremos renovadas y con ganas de comernos el mundo entero.

Si no hago ningún cambio como terapia siento que no avancé

¡No sos la única! Cuando estamos en un proceso de transformación so sorry, pero el cambio debe ser completo. Y leé bien: no necesariamente por vanidad (aunque querer vernos hermosas y robar miradas no está de más), sino por bienestar.

Visitar la peluquería, irnos de shopping o ir al gimnasio son caricias al alma tan necesarias como los cambios que está enfrentando nuestro interior en ese momento. Es una señal de que estamos dando un paso adelante para convertirnos en la mejor versión o al menos en una nueva que nos representa mejor en este momento puntual de nuestras vidas.

Cuando nos digamos: “Quiero un cambio de look en mi pelo”, no lo pensemos dos veces. Salgamos de nuestra zona de confort y visitemos nuestro estilista, quien nos asesorará con respecto a la forma de la cara y estilo de vida, y no solo nos hará ver supremamente hermosas, sino que nos hará sentir mega diosas ¿Podrán?

Recordá algo súper importante: un cambio de look no significa que no nos amemos ni que no nos aceptemos como somos. Consentirnos también es amor propio, es habitar un cuerpo que merece cariño y él nos guía de acuerdo a lo que necesita, solo es cuestión de aprender a escucharlo.

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¡A cambiar se ha dicho!

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