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7 de Mayo
Recuerdo que tenía 12 años cuando tuve mi primera menstruación, por lo cual no sabía mucho del tema. El colegio había organizado una salida a la piscina por finalización del curso, a lo que mi mamá me dejó asistir.
Yo toda ingenua fui al lugar y justo ese día me encontraba menstruando, pero como tenía muchas ganas de ir no le dije a nadie que estaba en mis días. Antes de llegar a la tragedia, tengo que decir que había escuchado de ciertas amigas que no te bajaba mientras estabas en el agua y por eso me confié.
Pues bueno, llegó el momento de entrar a la piscina y hasta ahí todo bien. El problema fue cuando tuvimos que salir del agua para comer. A lo que iba a salir sentí un pequeño dolor similar a un calambre y me bajo sangre suficiente para correr por mis piernas, en ese momento lo único que deseaba era que la tierra me tragara porque sentía demasiada vergüenza.
Por suerte no estaba tan lejos del baño y pude ir corriendo a tratar de solucionar el problema. Sin embargo, no me encontraba con ninguna toalla y tampoco había alguna amiga cerca, por lo que tuve que estar dentro del cubículo mucho tiempo hasta que alguien notara mi ausencia.
Gracias a Dios, una amiga entró y me pregunto qué me pasaba, pero ella tampoco tenía nada con que ayudarme por lo que se le ocurrió contarle a la maestra, pero la maestra lo dijo muy alto y los demás comenzaron a burlarse de mi situación.
Por suerte, pude limpiarme y ya estaba relajada viendo a los demás disfrutar de la fiesta pero aún había muchas chicas que seguían mirándome mal. A lo que la profesora se dio cuenta y les dijo que estas situaciones pueden pasarle a cualquiera que no esté informado del tema, después me pidieron perdón porque no sabían que era algo que no podía evitar ya que ninguna controla cuando menstruar.
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