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3 de Julio
El orgasmo femenino es un tema del que hace poco tiempo no se hablaba mucho, ya que la sexualidad femenina estaba condicionada únicamente a la reproducción, pero gracias al empoderamiento femenino y a los diferentes movimientos que han surgido a lo largo del tiempo, el placer femenino empezó a ocupar un lugar mucho más importante.
Sin embargo, siguen habiendo muchos mitos en cuanto al orgasmo femenino. Acá te explicaremos desde los aspectos más básicos hasta los trucos para alcanzarlo.
Se dice que los orgasmos son el punto más alto de la excitación sexual, y suceden cuando toda la tensión y la excitación acumulada, se liberan dando paso a una sensación indescriptible de placer. Nuestros orgasmos son en realidad una reacción fisiológica integrada y multisensorial que implica alteraciones en distintas instancias tanto del cuerpo como de la mente, pues cuando se genera un orgasmo más de 8.000 terminaciones nerviosas entran en acción explotando en una mezcla de sensaciones, olores, percepciones y reacciones naturales del cuerpo.
Para que nuestro cuerpo pueda llegar a un orgasmo necesita pasar por una fase previa de excitación, en donde se generan las hormonas y las condiciones físicas necesarias, para que la relación sexual sea llevada y experimentada de la mejor manera. En esta fase podemos atravesar alteraciones como: lubricación vaginal, dilatación y aumento en el tamaño de la vulva, tensión en las paredes en la vágina, también sucede un aumento tanto en la secreción de las glándulas exocrinas como en el aporte sanguíneo a los órganos genitales, generando por ejemplo, la erección del clítoris, que puede llegar a alcanzar el doble de su tamaño normal.
Al pasar por el orgasmo, nuestro cuerpo experimenta una sensación de alto placer que puede variar su duración según cada mujer, y que influye tanto en el estado mental como físico, pues corporalmente se generan contracciones musculares intermitentes en la zona genital, provocando que las paredes de la vágina se estrechen al mismo tiempo que se estimulan la zona anal y pubogenital; y mentalmente podemos sentir que nos desconectamos del mundo exterior para enfocarnos únicamente en esas sensaciones.
Por último, las alteraciones que tuvieron lugar en fases anteriores son revertidas y neutralizadas para que se reduzca la vasocongestión pélvica y tenga lugar la relajación muscular. Es decir, ya liberamos toda la tensión y estamos listas para descansar.
Aunque la tipificación de los orgasmos es un tema de debate y definirlos también es limitarlos de alguna manera, existe una clasificación generalizada en la que se dividen los orgasmos según el lugar que se estimuló para producirlos:
El orgasmo clitoriano, causado por la estimulación directa del clítoris, el único órgano que existe únicamente para sentir placer.
El orgasmo vaginal, causado por la estimulación del punto G que se encuentra al inicio de la vagina.
El orgasmo de zonas erógenas, producido por la estimulación de lugares como los senos, los pezones u otras partes del cuerpo.
El orgasmo inducido por el ejercicio, esto puede suceder al realizar una intensa actividad física que desencadena una producción de hormonas y contracciones musculares similares a las de la actividad sexual.
El orgasmo durante el sueño, este puede ser generado por sueños eróticos, roces corporales con sábanas u otras personas, también pueden presentarse sin motivo aparente.
Como mencionamos anteriormente, limitar las formas y el cómo llegar a un orgasmo sería tener una visión sesgada del tema, pues este puede ser alcanzado de múltiples formas y niveles según quién lo experimente, y parte de esas otras formas están en la apertura y la exploración en otros niveles más allá del vaginal.
Las zonas erógenas de la mujer pueden ser entendidas comúnmente como el clítoris, la vagina, los labios, el cuello, los pechos, los pezones, las partes internas de los muslos, las orejas, el perineo y la nuca, pero pueden extenderse a las zonas particulares en las que cada una experimente una sensación de placer, agrado, curiosidad o interés.
Estas zonas son lugares de potencial placer, que pueden provocar o intensificar algún orgasmo o sensación satisfactoria, es importante explorarnos y reconocernos para saber qué zonas y qué formas de estimularlas son nuestras favoritas.
Llegar al clímax puede ser un camino muy íntimo, pues aquel momento de satisfacción es provocado por una gran acumulación de estímulos de índole físico, visual, auditivo, olfativo, mental/psicológico que son resultado de una construcción muy particular del gusto y de lo que lo genera pasión o atracción para cada una.
El clímax se encuentra cuando las tensiones sexuales se hallan en su cúspide y estas pueden ser liberadas tanto corporal como genitalmente, resultado de la estimulación de las zonas erógenas o sexuales y del cumplimiento de los gustos particulares que logran ser satisfechos de la mejor forma solo por medio de la experimentación y la comunicación.
La pornografía ha generado una gran brecha en la sociedad y es que ésta fue la única “educación sexual” que recibieron muchas personas, por lo que más allá del disfrute mutuo, éstas piensan en imitar poses, miradas y gemidos que han visto en estos vídeos, y formando la creencia de que el orgasmo viene necesariamente acompañado de fuertes gritos y eyaculaciones femeninas, cuando no necesariamente es así. Puedes experimentar solo la contracción muscular y aún así, sentir mucho placer.
Es importante considerar la ficción del porno en tanto su carácter de mercado y su producción para la monetización, y así entender que lo que se representa en estos productos audiovisuales no corresponde a la realidad en su totalidad. El orgasmo femenino es tan diverso como las mujeres mismas, y la capacidad para experimentarlos y gozar de ellos no puede ser limitada por lo que un producto de consumo quiera plantear como válido.
La sexualidad nos permite explorar nuestros sentidos y aumentar las tensiones de diversas formas, y el hecho de que los juegos previos y las provocaciones sean parte de la experiencia; permite que vivamos de forma multisensorial y amplia lo que podemos entender como satisfactorio.
Es necesario dar lugar a lo que particularmente nos genera placer y revertir las formas tradicionales en las que tanto el sexo para la mujer como su orgasmo, tienen un lugar inferior en lo que tiene que estar satisfecho para que se considere como “terminada” la relación sexual.
No es necesario tener a otro para conseguir estados de alto placer, existen muchas formas en las que al explorarse por medio de la masturbación se logra alcanzar un orgasmo, e incluso, parte importante del alcanzar el orgasmo en pareja es aprender a reconocer solas qué tipo de estímulos son los que nos gustan y con los que nos sentimos más cómodas, cosas que solo sabremos con la autoexploración.
La masturbación femenina, según los expertos, ha sido un tema invisibilizado y mitificado históricamente por las construcciones morales y religiosas que rodean a la mujer en la sociedad moderna, el placer estaba determinantemente ignorado para la mujer sin compañía de su pareja sexual, creyendo incluso que sin ayuda de éste le sería imposible conseguir un orgasmo, o que el fin único del sexo es la reproducción y no el placer.
Esos tiempos ya pasaron, hoy tenemos mucha información y juguetes a nuestro alcance para así ser también las dueñas de nuestro propio placer.
Recuerda que existen muchas posibilidades para llegar a un orgasmo, variedad de juguetes, aceites, aromas y texturas que pueden ser parte de la exploración y el juego contigo misma, no es necesario esperar de alguien más, para gozar de nuestro placer y las posibilidades de sentirnos bien.
De igual forma, es importante dejar por fuera los prejuicios que generan algún sentimiento de culpa, explorar nuestros cuerpos es explorar nuestra libertad y nuestras diversas formas de amarnos a nosotras mismas. Incluso si estás en pareja, no temas expresar lo que te gusta y cómo te gusta. Esto sin duda es lo mejor para ambos.
Conseguir y disfrutar un orgasmo es resultado de un trabajo de exploración que nos permite reconocernos, sentir e identificar nuestros placeres para disfrutar al máximo las posibilidades de nuestro cuerpo y la gran variedad de experiencias sexuales y sensuales que podemos descubrir o imaginar. Pero ojo: no dejes de disfrutar de toda la experiencia de un encuentro sexual por estar pensando que debes llegar a un orgasmo, pues aunque es muy satisfactorio, no es el fin último del sexo, y que no lo hayas tenido no significa que no hayas experimentado placer.
Nuestra recomendación: solo siente, disfruta cada momento y lee nuestro artículo de Trucos para llegar al orgasmo.
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