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28 de Septiembre
¿Te suena familiar la palabra Himen? Quizás lo más cercano que estuviste a ella, sin darte cuenta, es cuando hablan de “perder la virginidad”, porque cuando las conversaciones giran en torno a este tema, unas de las frases más comunes son: ¡Duele un montón! o ¡vas a sangrar en tu primera relación sexual! Y es que estas vienen asociadas a la idea de que el Himen se rompe en el momento de la primera relación sexual.
Desmitifiquemos algunas ideas que se han creado socioculturalmente y que se han tomado como una verdad. La naturaleza femenina de esta palabra es tan linda como su origen que proviene de Himeneo, el dios griego de extraordinaria belleza, y se refiere a un tejido membranario de tipo mucoso que forma parte de la entrada de la vagina.
El himen no tiene una forma única. Existe una amplia variedad de hímenes con respecto a forma, grosor y tamaño, y pueden ser de dos tipos: normales o anómalos. Del primer tipo son conocidas 3 formas, llamadas Anular, Semilunar y Labial. Te contamos de qué tratan:
Anular: el orificio se encuentra en el centro y lo rodea una membrana con un ancho similar.
Semilunar: el orificio está en la parte superior y la membrana debajo del hueco tiene forma de medialuna.
Labial: tiene un orificio alargado que simula la forma de unos labios.
Por otro lado, están los hímenes atípicos más conocidos que se llaman Imperforado, Biperforado y Coraliforme.
Imperforado: este Himen no tiene hueco, lo cual hace imposible la salida de secreciones vaginales y la menstruación. Afecta, de acuerdo al portal Sensual Intim, solo al 0,1% de las recién nacidas y es necesaria una pequeña intervención quirúrgica para solucionar el problema.
Biperforado: tiene un tabique que divide el orificio en dos.
Coraliforme: tiene varias pequeñas aberturas que imitan los pétalos de una flor.
Hay mujeres que no nacen con Himen y ¡es completamente normal! Esto no es antónimo de saludable, por tanto, no se requiere cirugía.
Aún se mantiene la creencia GIGANTE en la sociedad de que los tampones rompen la “virginidad”; sin embargo, esto es un mito: los tampones no rompen la virginidad. El Himen se estira y como te contamos, tiene un agujero por el cual cabe el tampón. Además, es tan cómodo que si lo usás de la forma adecuada, no lo sentís y podés practicar tus actividades con tranquilidad. En Nosotras puedes encontrar el ideal para vos de acuerdo con el flujo, tipo de piel y si lo prefieres con aplicador o digital. Si siempre fuiste de las que les dió miedo usar un tampón te aseguramos que no solo no tienen nada que ver con la virginidad sino que podés aprender a usarlos súper fácil con este tutorial de ¿Cómo se pone un tampón?
La virginidad es una construcción social que desde tiempos antiguos se basa en la rotura del himen que se ocasiona en la primera penetración. No obstante, es una idea errónea porque no necesariamente se debe romper y, simplemente, estirarse, de hecho, el sangrado y el dolor, generalmente, puede ocurrir porque la vagina es un músculo que, si no está suficientemente relajado, no lubrica bien.
El Himen no debería ser un indicativo de virginidad, este podría romperse también mediante ejercicios como correr, andar en bicicleta, saltar o hacer volteretas. Además, este concepto es subjetivo porque la sexualidad se puede vivir de muchas maneras, y cada práctica es igual de valiosa y significativa, a veces tener relaciones no es solo penetración.
Durante muchos años “la virginidad” ha puesto bajo presión a la mujer, catalogando de indecorosa a quien la carece y de vergonzosa a quien la tiene, y por tanto convirtiéndola en un tema tabú. En Nosotras te invitamos a derribar estas ideas, a vivir libremente tu sexualidad, sin prejuicios, sin barreras. Recordá que la sexualidad es una decisión personal, así que experimentala a tu manera, como quieras y con quien quieras.
Como bonus te dejamos este artículo de Educación Sexual Integral que te puede interesar.
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