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1 de Diciembre
¡Hola Pipis!
Les propongo que hablemos de amor propio, un término que últimamente pareciera estar de moda en redes sociales, pero, según mi opinión, es bastante más profundo y me gustaría que lo analicemos entre todas.
En principio, hay mucha confusión respecto a la diferencia entre amor propio y autoestima. Así que vamos a definir cada uno.
Vale aclarar que en muchas ocasiones son usados como sinónimos y no sería incorrecto, pero algunos especialistas hacen una distinción que me parece interesante para compartirles.
Se conoce como autoestima a un conjunto de percepciones, valoraciones y apreciaciones que un individuo tiene respecto a sí mismo o a las actividades que realiza.
En cambio, para muchos especialistas el amor propio implica una dinámica más profunda y honesta, y por lo tanto difícil de conseguir, mientras que la autoestima es una sensación más superficial de valoración que percibimos respecto a nosotros mismos, y en la que influyen no sólo las propias consideraciones, sino la aceptación de los demás y el “éxito” en sus distintas conceptualizaciones.
En todo caso, esta diferencia puede comprenderse si pensamos que hoy en día existen muchos caminos “exprés” a la autoestima, como la aceptación masiva en redes sociales, o la satisfacción consumista y materialista, que pueden elevarle a un individuo su autoestima artificialmente, pero no así su amor propio.
Entonces, es posible tener poco amor propio y mucha autoestima, pero es imposible que esto ocurra al revés, pues la gente con amor propio experimenta también una buena autoestima, al poder aceptarse tal y como es.
Entonces, me gusta definir al amor propio como el camino de conocernos a nosotras mismas, aceptarnos, tratarnos amablemente y priorizar nuestro bienestar.
Uso el término “camino” porque no creo que sea algo que simplemente “se tiene” o “no se tiene”, sino más bien lo percibo como un compromiso con una misma, que todos los días ponemos en práctica y que siempre, pero siempre, hay algo más para aprender.
Todo aclarado pero.. ¿cómo lo hacemos?
Primero que nada entender que no hay fórmulas mágicas, esto es fundamental dado que a veces los mensajes relacionados al amor propio son confusos, romantizados, banalizados y, lejos de lograr su objetivo, pueden generar frustración en quién los recibe.
Entonces, entendiendo al amor propio como un compromiso conmigo misma, como un camino de pasos lentos pero firmes, donde habrá días mejores y peores, me atrevo a decirles que el factor principal para nutrir nuestro amor propio es el autoconocimiento.
Se que a veces nos da un poco de miedo o hasta “fiaca” emprender el proceso de conocernos a nosotras mismas, dado que es todo un desafío, pero creo que no podemos amar aquello que no conocemos, por lo tanto sería ilógico que pueda tener amor y compasión hacia mí misma si ni siquiera se quien soy.
Conocerse a sí misma requiere tiempo, paciencia y coraje, pero no tenemos que preocuparnos por demás, generalmente es más el fantasma que generamos por miedo a lo desconocido que lo que realmente podemos encontrar en la introspección.
De todos modos, recomiendo -dependiendo el caso- hacerlo de la mano de un profesional.
En este camino de autoconocimiento, también vamos a ver cómonos tratamos a nosotras mismas, y este punto me resulta más que interesante.
Les comparto algunas preguntas disparadoras:
¿Nos tratamos del mismo modo que tratamos a los demás? ¿Cómo es nuestro diálogo interno? ¿Qué nos decimos cuando algo nos sale mal? ¿Cómo nos apoyamos cuando tenemos miedo o estamos tristes? ¿y cuando obtenemos un resultado positivo, como nos felicitamos? ¿Qué nos decimos cuando nos miramos en el espejo? ¿Qué elegimos observar? ¿Dónde ponemos el foco: en nuestras virtudes o en lo que no nos gusta de nosotras? Y así podría seguir eternamente, pero espero que se entienda el concepto.
Considero que una buena manera de mejorar nuestro diálogo interno, es tratarnos a nosotras mismas como si fuéramos nuestra mejor amiga.
Es super importante ser compasivas, cariñosas, respetuosas y sanas en la relación con el propio ser.
Además, vamos a empezar a ver cómo el entorno también nos empieza a respetar más.
Otro punto fundamental es NO compararnos, según la psicóloga Marcia Lazón, “Estamos condicionados a ser competitivos, por lo que compararnos con los demás es natural. Pero puede ser peligroso. Simplemente no tiene sentido compararse con nadie más en el planeta porque eres único. Por lo tanto, concéntrate en ti mismo. Esto resultará en un cambio de energía y te ayudará a sentirte libre."
Le sumaría, que la comparación tampoco tiene sentido dado que jamás conocemos la totalidad de la vida de los demás, solo vemos lo que nos quieren mostrar, ya sea en una conversación o - sobre todo - en las redes sociales. Este factor me parece fundamental para lidiar con la frustración que nos generan a veces las redes.
Si bien hay muchísimos más puntos claves para el desarrollo del amor propio, que las invito a buscar y analizar, voy a sumar el siguiente dado que siento que nos atraviesa desde un lugar particular a las mujeres: Priorizarnos.
Nacimos en un contexto poco favorable para esto, dado que por cuestiones socioculturales, religiosas, económicas , crianza, patriarcado y demás, resulta muy difícil priorizarnos por sobre los demás sin sentir culpa.
Quiero que nos quede bien claro que nada de todo esto tiene que ver con el ego, no somos egoístas, ni malas, ni desconsideradas por priorizar nuestro bienestar.
Estamos atravesadas por un mandato sociocultural que nos indica que tenemos que estar “para el otro” y cuanto más ocupemos nuestro rol de “cuidadoras” mejores personas vamos a ser.
Amigas, llegó el momento de soltar ese rol.
El equilibrio entre nosotras y el entorno, es decir, los otros, debe ser sano. No somos mejores por desvivirnos por los demás, por “salvar” a todos.
Qué importa cumplir con ese mandato si al final la pasas mal, no estás contenta con tu vida y tampoco estás ganando ningún premio por dejarte siempre en último lugar.
Este punto a mí me costó muchísimo y solo lo entendí mediante esta reflexión: Cada uno da lo que tiene para dar, y si no tengo una relación sana conmigo misma.. ¿cómo la voy a tener con los demás?.
Priorizarnos no solo nos beneficia a nosotras, sino que crea lazos más sanos con el entorno. Y si esto no sucede, habría que chequear que desea el entorno para nosotras y que clase de vínculos queremos en nuestra vida.
Lo que me lleva al último punto, para cerrar, cortito al pie: rodéate de personas que te sumen, que te ayuden en este camino que elegís emprender sobre tu amor propio, que te nutran, que quieran verte bien, que estén para abrazarte cuando todo parece derrumbarse y – sobre todo- que estén para verte brillar, y que eso los alegre de verdad.
Si algo de todo lo mencionado les genera emociones difíciles de gestionar, les recomiendo que acudan a un profesional de la salud mental.
Las abrazo con el alma y las invito a este maravilloso camino del amor propio, para toda la vida, de conocernos, aceptarnos, querernos y acompañarnos.
Nos amo, tanto como espero que se amen a ustedes mismas.
Fiamma.
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