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30 de Agosto
La idea de acceder a las memorias del alma puede parecer una completa locura, ¡pero es posible! Y los registros akáshicos, tienen prueba de ello. Si a ti, al igual que a Nosotras te resulta intrigante todo esto, quédate en este artículo para conocer más sobre este tema, un viaje al interior cargado de tesoros escondidos, y a lo mejor, de respuestas encontradas.
Quizá hace poco escuchaste sobre este término y hayas decidido googlear para saber de qué se trata, pues bien, antes de comenzar es importante que sepas que ‘akáshico’ es un palabra que proviene de la India y significa ‘alma’, ‘espacio’ o ‘cielo’ y pertenece a uno de los cinco elementos universales, que son la tierra, el agua, el fuego, el aire, y el éter, según la cultura hindú.
Siendo así, cuando hablamos de registros akáshicos, nos referimos a aquellos archivos del alma, algo así como una biblioteca gigantesca donde podemos encontrar información de todas las energías universales, sus vidas presentes y reencarnaciones, dentro de un plano individual o cósmico, en un lugar intangible. Cabe aclarar que aunque en este espacio energético, también se almacenan posibles vivencias sobre nuestro futuro, no se trata de una herramienta que ayude a predecirlo, más bien es una lectura que nos sumergirá en nuestros orígenes.
Quédate aquí porque esto ¡¡Es apenas el principio!!
Según cuenta la historia, el origen de los registros akashicos parte de tradiciones como el hinduismo, el budismo e incluso autores que han escrito sobre el tema para descubrir todo el enigma alrededor del akasha.
Varios siglos atrás, según nos relata Gabriel Soca en su blog, sólo las personas de las élites religiosas, como sacerdotes y maestros espirituales, creían ser los únicos en poder abrir sus registros akáshicos, pero con el tiempo esta idea se fue desvaneciendo ya que diversas personas promulgaban que estos podían estar al alcance de todos, siempre y cuando, estuvieran preparados para hacerlo.
Por ejemplo, Helena Blavatsky, ocultista rusa, afirmó que fueron los monjes tibetanos quienes le revelaron que los Registros habitaban en el “Ákasha”, lo que para ellos era una fuerza vital que permea el universo entero.
Otro de los pioneros fue el teosófico, Henry Still Olcott, quien en su libro ‘Un catequismo budista’, mencionó que Buda enseñó que hay dos cosas sin causa, refiriéndose al “Ákasha” y “Nirvana” como connotaciones eternas, asegurando además que nada vino nunca de la nada, que todo está en estado de movimiento, y que cambia o se transforma, según la ley de la evolución.
Puede parecer magia ¡¡pero no lo es!! La verdad es que los registros akáshicos se presentan como un método espiritual en el que, a través de una conexión entre el cuerpo y el alma, entramos a una dimensión profunda o a un estado de conciencia para comenzar una expedición por el Libro de nuestra vida.
De esta lectura se encargará un terapeuta o una persona dotada, quien será el puente que nos ayudará a abrir nuestros registros e interpretará lo que dicen nuestros guías, maestros ascendidos o seres queridos, que han acompañado nuestro caminar en diferentes etapas o momentos de la vida, o de vidas pasadas.
Ahora bien, ¿¿para qué nos va a servir todo esto??
Para conocer de dónde provienen algunos de nuestros traumas, pensamientos, heridas, miedos o conflictos; y encontrar una forma de sanarlos.
Entender el porqué de lo que estamos viviendo, sintiendo o sobre lo que nos aflige en el presente. También puede mostrarnos qué vienen a enseñarnos esas situaciones en particular.
Acercarnos al propósito de nuestra existencia, conocer nuestros dones y aprender a utilizarlos.
Identificar qué situaciones o patrones se están repitiendo en nuestra vida y cómo podríamos cambiarlos.
Profundizar en las relaciones que tienes con otras personas como pareja, amigos, compañeros de trabajo, pero sin hablar sobre ellas, porque ya lo dijo Shakira alguna vez: “cuando hay que hablar de dos, hay que empezar por uno mismo”.
Esto suele ser diferente para cada persona que decida abrir sus registros akáshicos, pues las experiencias que esa persona, o que su lector akáshico vivirán, dependerán de su energía, de sus maestros, y también de las preguntas que se definan previamente para iniciar la conversación; así como de la metodología de lectura que utilice cada terapeuta.
Antes de comenzar el “viaje”, por lo general, tu lector akáshico deberá pedir permiso a los guardianes del Akasha para poder ingresar a tus registros, así lo explica María Restrepo Mejía en uno de los episodios del podcast El Viaje Es Hacia Adentro.
Aquí pueden suceder dos cosas; que los guardianes te permitan entrar a estos archivos; o que por el contrario, te hagan saber que aún no es el momento para que recibas cierta información; porque ya nos lo enseñó el universo, ¡¡todo llega cuando tiene que llegar!!
Después de esto, sigue lo más interesante, la llegada a ese plano energético donde aguardan los maestros ascendidos con toda la información de nuestra alma, es aquí cuando nuestro terapeuta comienza a hacer las preguntas que ya habremos elegido, y en forma de imágenes, recuerdos, sensaciones o palabras, estos seres comienzan a darles algunas pistas sobre lo que sea que estemos preguntando.
Ten presente que la persona que tendrá este contacto, toda esta visión y descargará la información será tu lector akáshico o terapeuta.
Tomar la decisión de leer tus registros akáshicos será un proceso muy intuitivo, sentirás la necesidad de indagar sobre algo que te está ocurriendo, a raíz de una ruptura amorosa, un despido, una disgusto con tus padres, o un patrón que has notado que se repite constantemente en tu vida. Así que, en esta primera fase será súper importante saber qué preguntas le harás a tus maestros.
Las preguntas que te lleven a respuestas como “sí” o “no”, no funcionarán para abrir tus registros akáshicos, así que lo mejor es que hagas preguntas más abiertas que comiencen con un: ¿por qué?, ¿qué? o ¿cómo?
Las preguntas que determinan el cuándo o el dónde, tampoco son propicias, ya que en este campus energético, el tiempo es tan solo una ilusión.
Estas preguntas deberás transmitirlas al guía que te acompañará en la lectura, quien se preparará para dar inicio a la misma con una meditación u oración, mientras eleva sus vibraciones hasta alcanzar el plano energético donde está el akasha, para allí poder acceder a la información de tu Alma.
El terapeuta te mostrará los mensajes que recibió, dándote la información que considere que necesitas saber. Los lectores akáshicos no te dirán lo que tienes que hacer o las decisiones que debes tomar, sus respuestas te servirán como una orientación, ayudándote a entender lo que estás preguntando y dándote una perspectiva más amplia de lo que puede ser bueno para ti.
Toda la información que te sea entregada será porque los maestros espirituales así lo han permitido, sin embargo, en una lectura de registros akáshicos deberás estar dispuesta a recibir estas respuestas, aunque te tome tiempo el procesarlas y ,como dicen por ahí: “poder atar los cabos sueltos”, o encontrar la lógica en los mensajes.
En esta sesión, podrás preguntar sobre lo que sea que sientas que ¡¡DE VERDAD!! necesitas saber, sobre temas de tu vida sentimental, la relación con tu jefe, con el dinero, con tu mascota, si no tienes clara cuál es tu vocación, el significado de sueños repetitivos, tu estado de salud, y mucho más.
Cuando entendemos el porqué de lo que estamos consultando, y vamos a ese momento, esa raíz -donde todo comenzó-, podemos hacer que el proceso de sanar tenga más sentido para Nosotras, siendo más conscientes del presente y contando con más herramientas e información que nos permitirán resolver esa situación.
En todo nuestro recorrido por la existencia, incluyendo vidas pasadas, hemos vivido diversas experiencias que nos han hecho más fuertes, pero también hemos recopilado bloqueos y otros vínculos kármicos que, precisamente, buscamos la forma de limpiar, eliminar o reparar a través de la información otorgada en una terapia o lectura de registros akáshicos.
Aún con toda esta información que te hemos venido dando, los registros akáshicos son todo un universo por descubrir, pues hay diversas formas de entrar en ellos e incluso tú misma también puedes hacerlo ¡¡si te preparas!!, pero por el momento, si no sabes cómo conectar con esa divinidad o éter, es mejor que acudas con un lector que será el puente para hablar con tus maestros.
En cualquier caso, como ya te explicamos, puedes hacerte una lectura de registros akáshicos cuando así lo decidas, pero lo importante es que conectes con esta forma de terapia y que sientas que es justo lo que buscas… tu intuición sabrá decirte si es o no el momento de hacerlo. Debes estar tranquila, confiar en el poder del akasha, y abrirte a los mensajes que ellos tienen para ti.
https://www.clarin.com/entremujeres/registros-akashicos-que-son-y-como-se-leen_0_kdXXOftgD.html
http://www.sociedadteosofica.org.ar/panel/ediciones/11_36_16Catecismo%20Buddhista%20Web.pdf
https://gabrielsoca.com/registros-akashicos/historia/
https://spotify.link/mYAOy1p8CDb
https://www.saludterapia.com/articulos/a/2449-beneficios-lectura-registros-akashicos.html
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