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El día de la Niñez es un gran momento del año para reflexionar sobre los mandatos sociales que rodean a las infancias.

Los roles y estereotipos de género son comportamientos aprendidos desde una temprana edad, se arraigan durante la adolescencia y después influyen en el desarrollo de las personas a lo largo de la vida. Son prejuicios normalizados sobre un grupo, relacionados con el sexo.

Es probable que si encontramos un placard con vestidos, polleras, maquillaje y zapatos altos, asumamos que las pertenencias que contiene ese mueble sean de una mujer. Esto es una construcción, una idea que creamos lxs seres humanxs. No existe ningún motivo natural por el que las mujeres se vistan de rosa y los varones de azul, pero socialmente tendemos a esperarlo.

La vestimenta no es la única área en la que el género nos indica qué hacer, sino también los juguetes, los deportes o los hobbies que deben gustar, entre otras cosas. Por ejemplo, se impone que los “deportes femeninos” son el hockey y el voley, en contraste con “deportes masculinos” fútbol y rugby.

Puede que parezca que estas formas de ser varón y de ser mujer son “naturales”, porque la mayoría de lxs niñxs que conocemos respetan estas categorías. Pero… ¿Alguna vez se nos ocurrió salir a la calle sin ropa? ¿o ir en pijama a un boliche? Seguramente no, porque desde chicxs nuestra familia, la escuela, la tele y un montón de otras entidades nos enseñaron a comportarnos de determinada manera. Así como aprendemos ciertos comportamientos de la vida social, los roles de género también se aprenden y es muy difícil salir de lo impuesto.

Los estereotipos de género son los moldes a los que la sociedad pretende que nos acomodemos para ser varones y mujeres. No sólo abordan cómo debemos vernos, sino también nuestros intereses y formas de ser. Quienes no encajan a la perfección en estos moldes suelen ser foco de bullying y críticas, es por eso que es tan importante que se empiecen a repensar.

Estos estereotipos, se reproducen de forma cotidiana en frases, chistes, actitudes, mensajes publicitarios. Seguro escuchaste alguna frases como: "Se viste como una nena" o “Así parece un varoncito”. Desaprender sesgos naturalizados y repensar esquemas culturales establecidos nos ayudan a enriquecer una mirada libre de prejuicios pudiendo así, brindar nuevos enfoques sobre la masculinidad y la feminidad, promoviendo el cambio de las actitudes y prácticas de manera individual y colectiva.

Por otro lado, ampliar la mirada de género no binaria ni normativa, que sea permeable a diversas expresiones y sentires fomentando el respeto al colectivo LGBTQI+, requiere de un cambio de comportamiento y de normas sociales que lxs empoderen.

En este día de la niñez, no perdamos de vista lo importante: criemos niñxs libres. Libres de prejuicios, libres del “qué dirán”, de etiquetas sociales, de la mirada del otrx, del “deber ser”, libres de presiones familiares y de lo que impone la sociedad. Criemos niños libres de tener la confianza suficiente para expresarse, ser lo que quieran y cómo quieran.

Para romper los estereotipos de género, podemos empezar a abrir conversación sobre el tema, generar conciencia y respetar los gustos que pueden tener otras personas, coincidan o no con lo que se “espera” para su género. Es necesario educar desde la igualdad, tanto en la escuela como en las casas, para ayudarlxs a desarrollar sus capacidades como personas. Si compramos algún regalo y nos preguntan “¿Para niño o para niña?” sepamos contentar: Para jugar, sin roles ni etiquetas.

Para cerrar quiero compartirles algunas preguntas para hacernos: ¿Alguna vez sentimos presiones para encajar con "lo que deberíamos ser" en relación a los estereotipos de género? ¿Hicimos chistes, comentarios o burlas a alguien por no adecuarse a estos moldes? ¿Hay actitudes que nos gustarían revisar?

Por un día de la niñez libre de estereotipos sociales.

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