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24 de Febrero
¡Hola, chicas! ¿Cómo están? Siempre es un gran placer reencontrarnos. Hoy venía pensando en Nosotras y no puedo creer lo rápido que se nos pasó este año.
Y entre todo lo que pensaba, está una pregunta que recibo tanto en el consultorio como en mis historias en redes: “¿Por qué se masturba mi pareja?” “¿Es porque no le alcanzo?” “¿Estoy fallada?”
Si alguna vez te preguntaste esto, tranquila, es parte habitual de las inseguridades femeninas. Te voy a ayudar a entender por qué a ellos les pasa esto, y por qué a veces nosotras también lo necesitamos. Pero ojo, no todo está perdido, vayamos por partes.
Pero primero que todo, tenemos que entender que preguntarnos esto sería el equivalente a cuestionarnos por qué elegir estar vestida con el pijama viejo y con el elástico gastado, en vez de estar con tu vestido mega nuevo de seda y lentejuelas y tul divino.
Y creo que es válida la pregunta que te hacés. De hecho: ¡es muy válida!
Todas las personas, incluso vos, tienen derecho a una vida sexual privada, estén o no en pareja. El “estado civil” de alguien no condiciona la autoexploración, el autoconocimiento ni la vida íntima que pueda tener.
En definitiva, hay algo que me gustaría que nos quede claro a todas: el hecho de estar en pareja no debería ser un limitante para el placer. Por el contrario, la vida sexual se extiende muchísimo más allá: antes, durante y después de estar con otra persona.
Sé que es difícil porque aparecen inseguridades, sobre todo relacionadas con tu autoestima. Y mi respuesta es no, no se trata de que vos no le gustes o no seas suficiente. Por el contrario, la masturbación es una parte natural, habitual y esperable en la vida de cualquier persona.
Esto no tiene nada que ver con el amor, el afecto y el respeto que tu pareja siente por vos. Sin embargo, si esta conducta representa un problema o al menos, primero planteá estos interrogantes en vos.
Y después, sería bueno que tengas una conversación abierta y sincera con tu pareja para poner sobre la mesa estas inseguridades, temores y tener expectativas más reales respecto a lo que la masturbación significa para cada uno de ustedes.
Y, por supuesto, si a tu pareja le gusta masturbarse… ¡Háganlo de a dos! No hay nada más excitante que seguir descubriendo cosas nuevas.
Ahora, hay una conducta que es diferente. El caso de aquellos hombres que únicamente logran llegar a eyacular si se masturban, pero durante la penetración, si bien mantienen una buena erección, no sienten suficiente estímulo como para poder eyacular.
¿Les pasó estar con alguien que tenga estos síntomas? Se llama eyaculación retardada o tardía. Es un síntoma habitual y generalmente tiene que ver con un muy mal aprendizaje.
Esto pasa porque si se entrena al cerebro para que solo eyacule cuando el estímulo es efusivo y frenético (por ejemplo, un movimiento sistemático desde arriba hacia abajo, y viceversa, con la mano y con mucha intensidad). Entonces el cerebro aprende a que únicamente frente a este tipo de estímulo va a poder desencadenar el reflejo de la eyaculación.
¿Y qué pasa cuando hay penetración? Algo muy diferente, porque la vagina es húmeda, calentita y flexible. No tiene nada que ver con la mano que es dura, en general está fría y, si no se usa lubricante, encima, está seca.
Al ser tan diferente el estímulo, la persona no puede eyacular, pero ¡atentas! Porque a nosotras nos pasa exactamente lo mismo si usamos mucho un juguete sexual.
¿Y esto por qué puede ocurrir? Porque si únicamente te acostumbrás a llegar al orgasmo usando un juguete, le estás enseñando ese camino al cerebro y, lógicamente, cuando tu pareja te esté dando sexo oral o te estimule, por muy bien que lo haga, tu mente va a estar armando la lista del supermercado “jamón, manteca, agua mineral…”.
Porque le falta esa vibración o esa succión de tu juguete, a la que ningún humano puede compararse ni lograrla, porque son justamente elementos que están pensados para tener un efecto único y que no sea posible de repetir por una persona.
Si bien estos casos son extremos, también pueden ocurrir, son síntomas habituales. Ahí lo que te recomiendo es que hagas una consulta con un especialista en sexología.
Estas situaciones tienen tratamiento y se resuelven en poco tiempo con ayuda profesional. Lo que hay que lograr es enseñarle un “plan B” al cerebro para que entienda que tiene alternativas, y que la masturbación no es el único camino posible para llegar a la eyaculación o al orgasmo.
Entonces, ahora que para Nosotras quedó mucho más claro saber que la masturbación no tiene que ver con lo que vos hagas con tu pareja, te recomiendo que, si tenés dudas sobre este tema, lo hables de forma asertiva y directa.
Nadie mejor que ustedes para llegar a acuerdos y conversar de sus temores, necesidades y expectativas. La comunicación es siempre la clave para fortalecer la conexión y resolver cualquier incertidumbre que puedas o puedan tener.
Un gran lujo haber puesto en claro algunos de los conceptos de los viejos mitos: pareciera que si no estamos disponibles 24/7 o que si no lo hacemos “bien”, entonces la otra persona se masturba porque no somos lo suficientemente buenas.
Y la realidad es que no hay manuales que digan qué es “hacerlo bien” o “ser buena” en la intimidad.
El sexo es para disfrutarlo, chicas. Ayuda mucho entenderlo como un proceso y no como una meta a la que hay que llegar. Y, por supuesto, cada quien tiene derecho a una vida placentera, esté o no con otra persona.
¿Qué opinan de este tema? ¿Les pasó? ¿Qué hicieron?
Nos leemos, como siempre, en los comentarios de esta nota.
Maru.-
Lic. Mariana Kersz
Psicóloga y Sexóloga
MN 59610
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