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9 de Marzo
Estamos seguras de que escuchaste hablar del consentimiento, del movimiento #metoo o de la importancia de aprender a decir NO. Por eso, hoy queremos explicarte muchas cosas que consideramos que son súper importantes para vivir en el mundo actual siendo mujeres.
El consentimiento sexual es la herramienta que tenemos todas las personas para expresar qué es lo que deseamos en el ámbito de las relaciones íntimas. Es este concepto el que nos permite establecer límites de qué es lo que queremos y qué no, porque acordate que absolutamente nadie puede tocar tu cuerpo si no estás de acuerdo.
Esta herramienta la necesitamos porque vivimos en un mundo donde existe la violencia de género.
¡Qué lío! ¡No te estreses, te vamos a explicar! La violencia de género son todas las acciones (gigantes o diminutas) que nos afectan a los hombres y las mujeres por diferentes creencias.
Hay infinitos ejemplos: ¿Tus compañeros te interrumpen mientras estás hablando sin dejarte terminar tu idea? ¿Los hombres con los que compartes en tu casa consideran que “están ayudando” cuando hacen alguna de las tareas del hogar? ¿Escuchaste que algunas mujeres ganan menos dinero que sus pares hombres al desarrollar las mismas funciones u ocupar los mismos cargos? ¿Te da miedo salir sola de noche porque te pueden acosar? ¿Crees que “los hombres no deben llorar”? Aunque no lo creas, todo esto es violencia de género.
Hoy queremos hablarte de una herramienta que te puede ayudar a reconocer la importancia de aprender a decir no.
Aprender a decir NO, no es fácil. En este artículo de Ana Listas ella habla sobre su experiencia Aprendiendo a decir que no, podés leerlo para tener un contexto mucho más grande sobre todas las implicaciones que tiene esa palabra en nuestra vida como mujeres.
Convencido y entusiasta: El convencimiento nace de la motivación. Decir “no sé”, “bueno…” o “esta bien” no es sinónimo de decir que sí. Hay que entender que no solamente NO es la palabra NO, sino que NO es todo lo que no sea un sí animado.
Libre: El consentimiento no tiene validez cuando se da presionado, manipulado o bajo alguna sustancia que altere la conciencia. Por ejemplo, si tu pareja quiere tener relaciones sexuales con vos, te amenaza con quitarte algo que para vos es importante, y vos accedes por miedo, ahí no hubo consentimiento real.
Informado: Las cosas a las que accedemos son específicas. Por ejemplo, si accedés a tener relaciones sexuales con preservativo, pero tu pareja se lo quita sin que te des cuenta, ahí no hay consentimiento porque vos no estás al tanto de lo que pasa.
Específico: Tenés derecho a decir que sí a unas cosas y no a otras. O sí unos días, pero no todos. Que un día hayas accedido a besar a un amigo, no significa que siempre debas hacerlo, o que eso le dé permiso de tocar tu cuerpo sin preguntar.
Reversible: El consentimiento se puede retirar. Podés cambiar de idea en cualquier momento y las personas tienen que respetar eso. Por ejemplo, podés sentirte incómoda en una relación sexual y pedirle a tu pareja que pare.
Consciente: Los niños, las personas con una discapacidad mental o los que están bajo los efectos del alcohol o las drogas no pueden consentir tener relaciones sexuales ni ningún tipo de acercamiento sexual.
Activo: El silencio no es sinónimo del consentimiento. Por ejemplo, si le preguntás a alguien si lo podés abrazar y esa persona se queda callada, no quiere decir que esté diciendo que sí.
Ahora ya sabes que el consentimiento no es solamente una práctica que haya que aplicar con la pareja, sino con todas las personas que nos rodean.
Tu cuerpo es solo tuyo y nadie puede tocarlo de ningún modo si vos no querés. De igual forma, no podés tocar a ninguna persona que no te haya dado permiso de tocar su cuerpo.
Si todavía tenés dudas acerca del consentimiento, ¡corre a consultar con nuestra psicóloga en línea! Ella te va a explicar todo lo que querés saber y vas a poder resolver todas tus preguntas sin miedo a ser juzgada.
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