Volver a
28 de Noviembre
Moco cervical... ¿qué? ¡Chicas! Si vos, al igual que nosotras, estás interesada en aprender más sobre tus ciclos menstruales y deseas comprender mejor los cambios que experimentas, el moco cervical se convertirá en uno de tus mejores aliados. Comencemos por entender que el moco cervical antes de la menstruación no es igual al que se presenta después de ella, y aunque pueda sonar extraño, esto nos proporciona información valiosa.
¡Quedaté con nosotras y descubramos juntas lo que el moco cervical revela sobre nuestro ciclo menstrual!
A muchas de nosotras nos ha sucedido que, en ciertos días del ciclo menstrual, al ir al baño, encontramos un flujo blanco en nuestra ropa interior. La verdad es que este flujo es una parte natural de nuestro cuerpo y no debería preocuparnos. De hecho, suele ser una señal de que nuestra zona íntima está limpia y libre de bacterias o infecciones. Sin embargo, es importante tener en cuenta que este flujo no debe ser grumoso ni tener un olor demasiado fuerte; si notas alguno de estos signos, es mejor consultar a un especialista.
Además, algunos expertos nos han explicado que es normal experimentar este tipo de flujo blanco en los días previos a la menstruación.
A lo largo de nuestro ciclo menstrual, veremos que nuestro flujo cambia con cada etapa: a veces estará más líquido, otras veces un poco pegajoso o incluso, puede haber días en los que no aparecerá ningún fluido. Y así como cambia la consistencia y el olor, también es común que el color no siempre sea blanco, que algunos días se vea más transparente y otros un tris más amarillento.
Como mencionamos anteriormente, el flujo blanco es más común en los días previos al inicio de un nuevo ciclo menstrual. ¿Por qué ocurre esto? La respuesta radica en nuestros niveles de progesterona. Esta hormona sexual reproductiva está notablemente presente en la fase posterior a la ovulación y durante el embarazo en caso de que el óvulo sea fecundado.
Tené en cuenta que no siempre el flujo blanco va a significar que estés saludable, ¡esto sólo lo sabrás vos! Pues, si sospechas que hay algo extraño en su apariencia o en su olor, que además te da picazón y esto no lo habías notado antes, estas causas podrían estar relacionadas:
Vaginosis bacteriana: ¿Flujo blanquecino que huele un poco a pescado? ¡Podría ser señal de vaginosis bacteriana! Una infección que aparece cuando nuestra flora vaginal (donde aguardan todas las bacterias buenas que nos protegen), sufre un desequilibrio. También se da cuando tenemos más de una pareja sexual y no nos cuidamos lo suficiente.
Candidiasis: ¿Un flujo más espeso o grumoso que parece ser nuevo para ti y que, además, te está generando picazón? Te recomendamos visitar a tu ginecóloga de confianza porque, en algunos casos, estamos hablando de una infección micótica como la candidiasis.
Efectos secundarios por anticonceptivos hormonales: No es algo nuevo para nosotras, sabemos que algunos métodos anticonceptivos alteran nuestros ciclos con mayores concentraciones hormonales. Esto, a su vez, también tendrá efectos en la apariencia de nuestro flujo o moco cervical.
Infecciones de Transmisión Sexual (ITS): ¿Tuviste una relación sexual sin protección y ahora tu flujo está más amarillo de lo normal, o incluso un poco verdoso? ¡Hazte los análisis sugeridos por una especialista! Esto podría significar que tienes alguna infección como clamidia o tricomoniasis.
¡Nos han hecho esa pregunta demasiadas veces! Y la verdad es que el flujo blanco o moco cervical antes de la menstruación no es necesariamente indicativo de un embarazo. Sin embargo, si te encuentras con dudas persistentes que te mantienen despierta por la noche, ya sea porque mantuviste relaciones sexuales sin protección, estás experimentando un aumento en el flujo vaginal y notas un retraso en tu período menstrual, lo más prudente es realizar una prueba de embarazo. Es importante tener en cuenta que, aunque el flujo blanco no sea un indicador directo de embarazo, si el embrión se implanta correctamente, es posible que notes un aumento en la cantidad de flujo, con una textura más densa.
Exactamente, el flujo vaginal y el moco cervical experimentan cambios a lo largo del ciclo menstrual, lo que nos brinda pistas sobre en qué etapa nos encontramos. Esta información nos ayuda a determinar si estamos en nuestros días fértiles, cuando es más probable que ocurra la ovulación y, por lo tanto, tengamos mayor probabilidad de concebir, o si estamos en una fase menos fértil y más segura. ¡Es genial poder entender estos signos de nuestro cuerpo para tener un mayor control sobre nuestra salud reproductiva!
Tené en cuenta que todas las experiencias son diferentes, pero, si llegas a conocer de la A a la Z tu ciclo menstrual, ¡podrás notar que el flujo siempre cambia!
En los días de menstruación, debido a la presencia de sangre y coágulos, es normal no experimentar ningún tipo de flujo cervical.
Los días posteriores a la menstruación, es normal notar un poco de flujo café, el cual, según la revista Medical News Today, corresponde a los residuos que quedan después de la menstruación. Los días que siguen, se conocen como “días secos” y es probable que el flujo sea inexistente. Para quienes tenemos un ciclo regular, que dura entre 28 y 35 días, esto significa que estamos en nuestro periodo más seguro para tener relaciones sexuales ya que no habrá suficientes probabilidades para un embarazo.
En los días previos a la ovulación, los estrógenos comienzan su camino a la cima haciendo que el óvulo madure y, posteriormente, sea liberado. Aquí podrás notar un flujo cada vez más abundante, de una tonalidad blanca o un poco más turbia con una apariencia pegajosa. Esto significa que estás entrando a tu etapa fértil. Los días posteriores, la textura podrá cambiar un poco y ser más húmeda o cremosa.
Durante la ovulación, ¡ten más cuidado! En estos días estarás en tu periodo más fértil y, si tienes una relación sexual, las probabilidades de un embarazo son muy altas. Usa condón si aún no quieres ser mamá. Aquí, en los días 14 o 15 de tu ciclo menstrual, aproximadamente, el óvulo está libre y preparado para encontrarse con el espermatozoide. Tu flujo podrá parecer la clara de un huevo y presentará una textura muy elástica. No será difícil notarlo.
En los días siguientes a la ovulación, la cantidad de flujo se irá reduciendo gradualmente. Es probable que vuelva a ser pegajoso o cremoso, y que, de repente, deje de aparecer. Aunque son días seguros, es decir, días infértiles, ¡no te aseguramos nada! Lo mejor es que uses algún método anticonceptivo si no quieres quedar embarazada, aún más, cuando tienes un ciclo irregular.
Correcto, para el flujo vaginal no se requiere ningún tratamiento específico, ya que se trata de fluidos naturales y normales que ayudan a mantener saludable nuestra zona íntima. De hecho, este flujo es parte esencial del sistema de autolimpieza vaginal, contribuyendo a eliminar bacterias y células muertas.
Sin embargo, si notas un flujo cervical con un olor fuerte y desagradable, acompañado de picazón o ardor, es probable que necesites tratamiento. En este caso, es importante visitar a tu ginecóloga para describir estos cambios y encontrar la mejor solución. En la mayoría de los casos, se requerirá tomar medicamentos y mejorar algunos hábitos en tus rutinas de higiene íntima.
Por muchos años, las mujeres tuvimos que usar métodos naturales de planificación para poder evitar un embarazo. El método del moco cervical, para ese entonces, fue una técnica muy utilizada y, para quienes aprendieron a usarla, se convirtió en un método confiable. Incluso, aún con los avances de la ciencia en el mundo de los anticonceptivos hormonales, muchas mujeres siguen prefiriendo este método que les brinda una mayor conexión con su propio cuerpo.
El método basado en la observación del moco cervical, consiste en aprender a distinguir su color, textura y elasticidad para comprobar si estamos o no en nuestros días fértiles. Es un proceso que toma tiempo y que, puede ser más efectivo de la mano de tu ginecóloga o una experta en el tema, los ciclos y flujos pueden variar de una mujer a otra.
Durante la ovulación y en los días fértiles, el moco cervical se vuelve más claro, elástico y resbaladizo, en marcado contraste con el moco cervical antes de la menstruación.
La explicación de esta textura, similar a la clara de un huevo crudo, radica en la facilitación del movimiento de los espermatozoides hacia el óvulo, aumentando así las probabilidades de concepción. En contraste, durante los días no fértiles, el moco cervical tiende a ser más espeso, lo que dificulta el paso de los espermatozoides.
Todo un mundo, ¿no te parece?
Tené en cuenta que, aunque es normal que en algunas etapas del ciclo no haya presencia de moco o flujo cervical, ¡siempre debe haber una variación!
Así que, si últimamente, no has percibido cambios en la apariencia, textura o color de tu moco cervical, probablemente sea una señal de que los estrógenos están por debajo de su concentración habitual, según la revista especializada en fertilidad Reproducción Asistida ORG. A su vez, esto podría significar problemas de fertilidad, infecciones de transmisión sexual (ITS) o medicamentos que estén alterando tu ciclo. ¡Visita a tu especialista para tener un diagnóstico más preciso!
¡Exacto! Puede sonar extraño, pero utilizar un portaobjetos o un examen microscópico es otra forma de inspeccionar el moco cervical para conocer las distintas fases del ciclo menstrual. La apariencia de hoja de helecho, que se observa en el microscopio, suele ser característica de los días más fértiles de nuestro ciclo, lo que indica un aumento en la producción de estrógenos justo antes de la ovulación.
Cuando no hay variaciones en el moco cervical a lo largo del ciclo, cuando notas que su apariencia no es la habitual como un color más amarillento, verde o grisáceo, que, además, tiene un olor bastante desagradable con una textura muy espesa, grumosa, parecida a un queso, son señales suficientes para tomar la decisión de visitar a un especialista.
Además, la presencia de sangre fuera del periodo menstrual, la sensación de picazón o ardor en la Zona V y las infecciones vaginales, pueden alterar el moco cervical y con esto, generar otros problemas de fertilidad.
Es fundamental estar atenta a todas estas señales que nuestro cuerpo nos envía, ser comprensivas con los cambios en nuestra zona íntima y, en particular, prestar atención a las secreciones vaginales. Estas secreciones siempre nos brindan indicios de si las cosas van bien o si es necesario tomar conciencia sobre nuestro ciclo menstrual y nuestra salud reproductiva. Nunca subestimes la importancia de escuchar a tu cuerpo y responder a sus necesidades de manera adecuada.
Dejanos tus comentarios