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8 de Octubre
Es necesario conocer el cuerpo, sus partes y su estado de normalidad para mantener la salud y poder identificar anomalías y cambios, esto incluye también la zona íntima. Es muy importante que cada una reconozca la apariencia normal de tu Zona V y para esto es necesario explorar, conocer su aspecto, su color y su olor. Si quieres conocer cómo se ve una vagina sana, continúa leyendo este artículo que lo escribimos especialmente para vos.
Todas las vaginas son diferentes; sin embargo, tienen algunas características comunes que expresan cierto grado de normalidad. Por lo general su apariencia varía entre tonalidades rosas y su textura es un poco húmeda por la existencia constante de microorganismos, además esta zona huele diferente al resto del cuerpo.
Para tener un cuerpo saludable, no se debe descuidar ninguna de las zonas de este. La salud de la vagina es una parte muy importante en lo que hace alusión al cuerpo femenino, ya que esta afecta innumerables aspectos de la vida de todas las mujeres. El estado de la Zona V tiene varias implicaciones tanto a nivel físico como emocional, pues presentar problemas continuos en esta zona podría afectar la autoestima, la seguridad o incluso la vida en pareja.
¿Ya conocés las diferencias? Esta se encuentra principalmente en su ubicación y composición:
Vulva: es la parte externa de los genitales femeninos. Está compuesta por varias estructuras, incluyendo los labios mayores y menores, el clítoris, el monte de Venus y el orificio vaginal.
Vagina: es un conducto muscular interno que conecta la vulva con el cuello uterino. Es el canal a través del cual pasa la sangre menstrual durante el ciclo, el canal para las relaciones sexuales y el canal de parto durante el nacimiento.
Tener una vagina sana podría sonar como algo complicado, que requiere de mucho tiempo, dinero y esfuerzo. La verdad es que mantener esta zona sana es más fácil de lo que muchos creen. En el día a día se pueden establecer ciertas rutinas y hábitos, como por ejemplo:
Lavarse muy bien las manos antes y después de entrar al baño: es muy importante mantener las manos limpias para prevenir infecciones.
Hacer uso de jabones adecuados: Para la zona íntima, los jabones deben tener un pH neutro el cual no afecte la acidez de la piel y provoque infecciones.
Utilizar ropa interior de algodón: el algodón es una fibra natural que absorbe la humedad, por lo tanto, ayuda a mantener esta zona fresca y libre de bacterias.
Durante los días del periodo, se debe cambiar con frecuencia la toalla o tampón: Este tiempo varía dependiendo de la cantidad y tipo de sangrado, se recomienda cambiar periódicamente cada 4 o 6 horas.
Evitar dormir con tampones, ya que pasarías demasiado tiempo con ellos puestos y puede ser peligroso para tu salud.
Al entrar al baño, limpiarse en la dirección correcta: para prevenir una infección vaginal, se debe limpiar la zona de adelante hacia atrás.
Usar protectores diarios Nosotras, que te ayudan a estar fresca todo el día ¡No olvides cambiarlos 4 veces al día!
Otras prácticas recomendadas por expertos que se deben realizar de manera esporádica y/o en momentos determinados de la vida para mantener la salud de la Zona V, son las siguientes:
Vacunarse contra el Virus de Papiloma Humano para prevenir un cáncer.
Vacunarse contra la Hepatitis B, la cual puede transmitirse de manera sexual.
Usa preservativos para evitar varias enfermedades de transmisión sexual como por ejemplo el VIH, los herpes genitales, entre otras.
Controles periódicos con la ginecóloga.
Practicar los ejercicios de Kegel.
Evita fumar o tomar bebidas alcohólicas a menudo.
Es importante reconocer que no hay una vagina “normal” o “anormal”, todas las vaginas y vulvas son únicas; nunca en el mundo habrá una que luzca igual a otra. Sin embargo, cada mujer conoce su cuerpo y sabe cuando algo está fuera de lo habitual.
Aunque cada vulva tiene un aspecto único, se pueden enumerar múltiples síntomas de alerta, siempre teniendo en cuenta que cada parte del cuerpo tiene su manera de comunicarse. En el caso de la Zona V algunas señales de que algo no anda bien pueden ser:
Sangrado vaginal después de la menopausia
Cambio de color en el flujo vaginal
Sequedad o picazón en la zona vaginal
Olores fuertes
Ardor al orinar
Ampollas dolorosas
Dolor recurrente y anormal en las relaciones sexuales
Cambio de aspecto en la textura de la piel
Sexo sin protección: esto puede ocasionar infecciones de trasmisión sexual. Tené cuidado con una lesión en el área pélvica, ya que esta puede causar traumatismo vaginal.
Algunas afecciones médicas y tratamientos: el uso de algunos antibióticos aumenta el riesgo de una candidiasis vaginal. Además, tené precaución y seguí los tratamientos para la endometriosis y la enfermedad inflamatoria pélvica para no afectar tu salud.
Desequilibrio del pH vaginal: este se puede provocar por el estrés, cambios hormonales o higiene con productos inadecuados.
Cambio en los niveles hormonales: la disminución de los niveles de estrógeno, que ocurren en la menopausia o en la lactancia, pueden provocar sequedad vaginal, adelgazamiento del revestimiento vaginal y aumentar el riesgo de infecciones.
Dificultades psicológicas:estas pueden disminuir el nivel de excitación y como causar malestar o dolor durante las relaciones sexuales.
Cuando notes cualquier cambio en tu Zona V, por más pequeño que sea, es muy importante que visites a una especialista en el tema. Recordá que siempre es mejor prevenir que lamentar.
Las enfermedades y problemas de la Zona V son mucho más tratables si se diagnostican a tiempo y si se empiezan con las prácticas de cuidado lo más pronto posible.
En el día a día es de gran importancia establecer rutinas de autocuidado y así implementar prácticas de manera juiciosa para conservar el bienestar y mantener la salud. El cuerpo que vas a tener mañana, su estado y su salud dependen de las decisiones que se toman cada día, de los hábitos que se crean y de las rutinas que se establecen, es ahí donde radica la importancia de sacar un espacio para revisar y conocer el cuerpo de manera periódica.
La salud integral no está en manos únicamente de los expertos o especialistas en un tema, cada una debe conocerse y hacerse cargo de sí misma en la medida de lo posible, esto incluye establecer hábitos y rutinas y consultar con un especialista en el momento que lo considere necesario.
Si no te cuidás vos, ¿entonces quién?
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